En 1736 los Jesuitas se instalaron en San Salvador de Jujuy donde construyeron una Residencia que llamaron de San Roque (hoy allí se levanta el Hospital San Roque) y una Capilla pública atendida por dos sacerdotes, mientras un tercero administraba la estancia San Lucas cultivando y criando ganado para apoyar económicamente la Residencia Jujeña.
La estancia que se hallaba frente la finca San Pedro, tenía como límite oeste el Río Grande, sur el río Cianca hoy Lavayen y medía 29 km de largo de este a oeste por 15 km de norte a sur.
Anteriormente esas tierras habían servido de estancia militar para asistir con sus producciones las necesidades alimentarias de los soldados de los Fuertes de Ledesma, Río Negro y Santa Bárbara, heredando los Jesuitas el casco o casa principal que estaba ubicado a algo más de un km al este del hoy Barrio San Lucas sobre el faldeo de la loma. Por ello la casona que no era una fortaleza, contaba con dos baluartes o reductos fortificados para defensa y plataforma de artillería.
Los Jesuitas fueron expulsados de América en 1767 y sus bienes confiscados, registrados en inventario y vendidos en remate.
En el Inventario de los bienes de la estancia San Lucas, figuran “un arma de fuego inservible”, “tres hierros de lanza” (o punta de lanza o moharra de pica en hoja), “una caja de guerra” (o caja para municiones) y “tres pedreros o pasamuros” (pieza de artillería de escaso calibre que se carga por la culata y monta sobre una horquilla para poder disparar en varias direcciones).
En la década de 1970 fueron encontradas en la zona las dos piezas de las fotografías, que se ajustan a las características generales de las armas de la época.